La cueva de Altamira es relativamente pequeña, mide unos 270m de longitud y se pueden distinguir básicamente tres zonas:
- Un vestíbulo amplio, con iluminación natural que era la parte más habitable de la cueva.
- Del vestíbulo se pasa a la gran sala de pinturas conocida como la “Capilla Sixtina del arte cuaternario”.
- Por último, pequeñas salas y corredores que también tienen pinturas aunque estas más discretas que las de la sala principal.
- Un vestíbulo amplio, con iluminación natural que era la parte más habitable de la cueva.
- Del vestíbulo se pasa a la gran sala de pinturas conocida como la “Capilla Sixtina del arte cuaternario”.
- Por último, pequeñas salas y corredores que también tienen pinturas aunque estas más discretas que las de la sala principal.
Casi un centenar de signos y animales se representan de forma muy realista en el techo, entre ellos bisontes en diferentes posturas, corriendo, saltando, caballos, bóvidos y ciervos además de manos y figuras humanas
El artista aprovechó el relieve o abultamiento de la roca para integrarlo en la pintura, mientras las superficies interiores los rellenaba con colores vivos, ofreciendo así un gran realismo.
Como pintura se utilizó ocre natural de color sangriento y carbón vegetal para el contorno de las figuras y líneas negras.
El artista aprovechó el relieve o abultamiento de la roca para integrarlo en la pintura, mientras las superficies interiores los rellenaba con colores vivos, ofreciendo así un gran realismo.
Como pintura se utilizó ocre natural de color sangriento y carbón vegetal para el contorno de las figuras y líneas negras.
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